domingo, marzo 25, 2007

Espcial

Cuando conoces a alguien realmente especial, lo sabes de inmediato. Al menos yo lo supe, aunque la conocí de pronto y no la vi más que unas horas, se quedo en algún sitio, no sabría decir donde. Meses después volvió a aparecer muy lejos como una estrella en la tarde, que brilla tan fuerte que se ve antes de que caiga la noche, y al mirar desde lejos piensas, solo un momento, en lo hermosa que debe ser.

Las personas suelen transmitir sensaciones, cada cual las suyas propias, ya sean tranquilidad, confianza, seguridad o recelo, intranquilidad… Las personas especiales, transmiten sensaciones especiales y con ella no sabría definir la sensación que me transmitía, tampoco ahora creo que pudiese. Se que la atracción fue muy fuerte desde el primer día y se que me tranquiliza que esté cerca, que con ella me iría a cualquier parte, y se que podría contarle cualquier cosa, incluso esas que jamás he contado a nadie. Aunque es solo una parte, la que consigo poner en pie, lo demás no alcanzo a diferenciarlo.

Este despliegue de elogios puede sonar a enamoramiento, pero no estoy enamorado de ella, ya no. Lo estuve un tiempo, pero igual que hay algo que nos junta, que hace que en una noche en la que ambos nos planteásemos que no pasase nada entre nosotros, si que pase. Hay algo que me dice que no debo ir más allá, algo que nos separa y hace que no sea más que unos días, unas noches en las que no estaría mejor en ningún lugar del mundo que a su lado. Algo que hace que dude en lo que no debería dudar y que apenas toque aquello a lo que, normalmente, me aferraría con todas mis fuerzas, algo que casi siempre nos mantiene a cientos o miles de kilómetros, que tan pronto me hace sentir celos como indiferencia y no alcanzo a entender.